Por: Agustín Baella
A 46 kilometros del sureste de la ciudad de Chiclayo, se encuentra esta ciudad colonial que iba a ser la capital del Perú por la gran época de bonanza económica que vivió, pero una serie de casos devastadores hicieron que las personas migren hacia otros lugares, convirtiendo a Zaña en un lugar deshabitable por años. Es por ello que recibe el nombre de “ciudad fantasma”.
Estos hechos se remiten a épocas anteriores a la independencia del Perú, pero que dejaron una huella profunda de la que no se ha podido recuperar hasta la fecha, como saqueos por parte del corsario inglés Edward Davis en 1686, o el desborde del río Zaña que arrasó con todo en 1720.

Hoy podemos ver hoy podemos ver casonas y templos en ruinas, vestigios de un tiempo mejor, pero lejano. Estas construcciones le dan ese aire de misterio que contribuyen con el sobre nombre de “ciudad fantasma”.

Sin embargo, no todo son museos y conventos. Próximo a celebrarse un nuevo aniversario de este lugar, entre el 18 y 29 de noviembre, otra parada importante es la dulcería Doña Grimanesa, justo al frente del convento San Agustín, donde se podrán encontrar los dulces típicos de Zaña como el dulce de piña con camote o machacado de membrillo.

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