Por: Agustín Baella

En aproximadamente dos horas y medias del centro histórico de Lima se encuentra uno de los parajes más pintorescos del país, donde el paisaje y la tranquilidad son los verdaderos protagonistas. Nos referimos, claro está, a Antioquía, uno de los 32 distritos de la provincia de Huarochirí en el departamento de Lima.
También llamado como "pueblo de colores" porque en el 2004 se desarrolló un concurso llamado "Colores para Antioquía", en donde ganó el artista peruano Enrique Bustamante. De esta manera pasó a convertirse en un pintoresco y mágico lugar donde se pintó de alegría al pueblo.

Las casas y los locales pintados de color blanco sobre el que juegan decorados multicolores están ornamentados con flores, ángeles y animales que le dan ese aire de lugar fantástico tan particular, y que en su conjunto dan la sensación de ser un retablo. Por este motivo, en el año 2007, ingresó en el libro Guinness de los récords mundiales como el retablo más grande de todo el mundo. Es así que al día de hoy se pueden apreciar 120 fachadas de casas pintadas con motivos primaverales.

Más allá de estos coloridos ornamentos y de la gastronomía, cabe destacar otros atractivos que no te dejarán querer regresar a Lima, como lo son sus paisajes, la tranquilidad que se respira en el ambiente y el clima que siempre parece recibir a los turistas con nobles rayos solares.
Sin duda un lugar hermoso e inigualable, tan cerca de Lima que no se puede dejar pasar la oportunidad de visitarlo. Solo tenemos que levantarnos temprano, decidir la ruta que tomaremos, emprender el camino y conocer este mágico lugar, casi como sacado de un cuento.
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